Mejora el equilibrio entre el trabajo y la vida personal con nuestros 8 consejos para el manejo del estrés
El manejo del estrés es fundamentalmente diferente de todos los demás temas de capacitación para el manejo de algo.
Puede ser altamente personal y no se trata solo de trabajo.
El estrés se centra en los sentimientos más que en los hechos, lo que dificulta su identificación y manejo.
Además, las muchas técnicas que se intentaron y probaron para mantener el estrés a raya son solo un menú de sugerencias o posibilidades y requieren una elección individual para adaptarse a diferentes personalidades y circunstancias individuales.
Existen algunos puntos en común para muchos, pero no existe una solución de “enfoque único para todos”.
Signos comunes de estrés
Familiarizarse con los signos comunes de estrés puede ayudarnos a reconocer e identificar cuáles son nuestros factores de estrés.
¿Cómo es el estrés para ti?
Presta atención a cómo te sientes y te comportas cuando estás estresado.
¿Tu cuerpo se siente diferente?
¿Cómo estás durmiendo?
¿Has notado un cambio en las interacciones con tus compañeros de trabajo o seres queridos?
Signos físicos
- Palpitaciones: corazón acelerado
- Dolor y opresión en el pecho
- Indigestión
- Dificultad para respirar
- Náuseas
Signos emocionales
- Cambios de humor
- Ansiedad y aumento de la preocupación
- Sentirse tenso
- Sentirse vacío
- Falta de entusiasmo
- Mayores niveles de ira o sentimientos de culpa
- Sentirse cínico
Signos de comportamiento
- Propensión a accidentes
- Trabajo deficiente
- Mayor dependencia de la nicotina, el alcohol o las drogas
- Comer en exceso o perder el apetito
- Cambio en el patrón de sueño, dificultad para conciliar el sueño y despertarse con la sensación de no haber descansado
Agotamiento
Esta palabra, que suena alarmante, identifica un momento dramático durante el cual, en un instante, un sentimiento abrumador nos invade y ocurre invariablemente sin previo aviso.
Es la forma en que la naturaleza nos dice que nos detengamos en un evento valioso y esencial de autopreservación.
David Newth, autor del libro Stress and Work/Life Balance, nos da tres ejemplos de personas que él ha ayudado a preparar para regresar al trabajo luego de un agotamiento.
La persona A llegó al trabajo y estacionó su auto en el lugar habitual.
Me describió su incapacidad para apagar el motor y me contó que se convenció a sí mismo de que la llave estaba atorada.
Dijo que no podía enfrentar el trabajo, así que se fue a su casa y durmió por dos días antes de visitar a su médico de cabecera.
La persona B se dirigía al trabajo; esperaba a que el semáforo se pusiera en verde.
“De repente, me di cuenta de que tenía lágrimas en los ojos y no podía ver bien.
Me asusté porque no había llorado desde la niñez”.
Tuvo la claridad mental para conducir directamente al consultorio de su médico.
La persona C sollozó al darse cuenta de que no podía leer ninguno de los diales de su tablero porque estaban todos cubiertos de notas adhesivas con recordatorios de todas las cosas que tenía que hacer. No pudo encontrar un espacio para el último que acababa de escribir.
Manejo del estrés:
cómo mejorar el equilibrio entre el trabajo y el hogar
Trabajar desde casa
Si es posible, trabaja desde casa algunos pocos días al mes.
¡Esto te dará la oportunidad de trabajar en un ambiente nuevo pero cómodo, dormir un poco más y quizás incluso trabajar en pijamas!
¿Para qué son los fines de semana?
¡Los sábados son grandiosos!
Tienes la oportunidad de dormir, desayunar, ponerte al día con amigos y familiares, ¡quizás hasta hacer ejercicio!
Pero hay un fenómeno que muchos de nosotros experimentamos después de un gran sábado.
Ese sentimiento que te agarra los domingos, cuando de repente te das cuenta de que tu fin de semana está terminando y el trabajo está a punto de comenzar, en realidad tiene definición.
Se llama “depresión del domingo por la noche”, y la mayoría de nosotros la hemos sentido.
Ahora, tu mente ya está en el trabajo y tu descanso de fin de semana terminó de forma prematura.
Una buena manera de evitar este estado inútil es planear alguna actividad o reunión social para el domingo por la noche para que tu mente sea menos propensa a pensar en el trabajo.
Desconectarse
Muchas empresas en todo el mundo tienen una regla estricta de “no enviar correos electrónicos después de las 5 p. m. y antes de las 8 a. m.”.
Esto es para darles a los empleados la oportunidad de tomar un respiro del trabajo y es una excelente forma de manejar el estrés.
Si este no es el caso para ti y no puedes dejar de revisar el teléfono (para ser justos, la mayoría de nosotros no podemos), considera invertir en un teléfono de trabajo aparte que puedas apagar por las noches para poder descansar realmente.
No te lleves el trabajo a casa contigo.
En tu regreso a casa, permítete pensar en el trabajo hasta un punto de referencia a mitad de camino y, luego, concéntrate en lo que te espera en casa.
Gestión del tiempo fuera del trabajo
Desafortunadamente, para la mayoría de nosotros, el trabajo no es nuestra única responsabilidad.
Para muchos de nosotros, un día libre implica llevar a los niños a diversas actividades, ponerse al día con las tareas domésticas y, si tenemos suerte, pasar tiempo de calidad con nuestra pareja o nuestros amigos.
Esto significa que una buena gestión del tiempo sigue siendo importante fuera de la oficina.
Protégete del estrés autoinducido al organizar y priorizar tu tiempo y tus responsabilidades fuera del trabajo.
Ejercicio, relajación y dieta
Existe una estrecha relación entre el estrés y cómo te sientes acerca de ti mismo.
Puede parecer completamente abrumador no solo tratar de cumplir con todas las responsabilidades, sino también intentar seguir una dieta saludable y un régimen de ejercicio.
Sin embargo, son inmensos los beneficios del ejercicio y los alimentos nutritivos para aliviar el estrés.
Intenta ir en bici una parte de tu viaje al trabajo, meditar 15 minutos al día o salir a almorzar con un compañero de trabajo.
Tómate vacaciones
¿Siempre tomas tu asignación anual completa?
Es un error no hacerlo.
¡Son tus vacaciones!
¡Tómalas!
El tiempo fuera del trabajo no requiere necesariamente viajes costosos a las ciudades turísticas.
Es saludable alejarse, pero tus vacaciones pueden traducirse en cualquier cosa que necesites.
Incluso si eso significa simplemente dormir por una semana.
Quítate esa ropa
Cambia de atuendo apenas llegues a casa.
Un cambio de ropa puede significar un cambio de mentalidad.
Corta tus hilos laborales y el estrés del día se irá con ellos.
Deja una lista el viernes por la noche
El viernes por la noche, deja una breve lista de las principales cosas que requerirán tu atención el lunes siguiente y, luego, olvídate de ellas.
Si mantienes estos consejos para el manejo del estrés como prioridad, al mismo tiempo te encontrarás el viernes por la noche con ropa cómoda, con el teléfono del trabajo apagado y un plan para el fin de semana en el bolsillo.
Ahora, ¿qué te estresa?
Para obtener más consejos para el manejo del estrés, consulta Adiós Estrés de Bruno Moioli: