El COVID 19 dejó, entre otros, un efecto negativo en las organizaciones conocido como “la gran renuncia”. Esto es resultado de una crisis de significado, junto con otros factores que venían de antes. Ya no basta la sola remuneración económica para retener al nuevo talento, ya que estas personas no buscan solo la comodidad material, sino también impactar positivamente al mundo a través de su trabajo. ¿Cómo se preparan las empresas para atender a este desafío? El PROPÓSITO ESENCIAL ofrece una solución: relacionar el propósito de vida de la persona con el propósito de la organización.
Sobre el autor
Santiago Mariño es consultor de liderazgo, trabaja con individuos y organizaciones que buscan llevar su vida o negocio a un propósito superior en sostenibilidad y autoconciencia. Como coach ejecutivo certificado desde hace más de 12 años, más 20 años de experiencia profesional previa, enfoca su trabajo en las habilidades de liderazgo y automanejo de los clientes a través de la resignificación de sus creencias limitantes, y la búsqueda de un nuevo significado en el trabajo mediante el descubrimiento de la relación entre el propósito de la organización y su propósito de vida. personal.