El ser enmascarado es la parte de tu personalidad que vive separada de tu esencia. Refleja lo que no eres, es decir, tus mecanismos defensivos. La máscara crea una imagen idealizada del mundo y de tu persona y trata de completarla a toda costa. Su función consiste en asegurarte dos cosas. Que en toda situación conflictiva tú eres «el bueno» y que el dolor emocional y psíquico no existe en tu vida.