Los defectos, muchas veces resultan no ser defectos, sino rasgos de nuestro carácter, por lo tanto, debemos aprender a estudiarlos y catalogarlos de la forma correcta. Nunca debemos olvidar que las personas que nos quieren, lo hacen por cómo somos, no por cómo les gustaría que fuésemos; eso implica, que debemos valorar el motivo por el que tantas veces, nosotros mismos nos boicoteamos y generamos una autoestima tan baja, que corremos el riesgo en convertirnos en nuestro peor enemigo; luchemos contra ello de la forma adecuada para obtener la victoria.