El miedo es una proyección de la mente hacia el futuro y refleja una parte de ti que se ha quedado anclada en la infancia. Para gestionarlo con garantías debes reconocer que lo tienes y que lo sientes. También puedes hablarle o percibirlo como una puerta detrás de la cual reina la incertidumbre. Si te calmas y examinas tus intenciones, te situarás en el presente y franquearás esa puerta sin sobresaltos.