El impulso creativo recorre tres fases: la expansión, la contracción y el vacío de la creación. Es un movimiento en el que liberas y asimilas energía. Es como una ola que emerge y se precipita sobre el océano. Cuando estás en la cresta, te expandes. Al romperse, te contraes y finalmente entras en contacto con el silencio y accedes a un estado de quietud, en el que incubas una nueva creación.