Dinámicas proyectivas para resolver conflictos
Existen situaciones que son inherentes al ser humano, ya que forman parte de nuestro día a día por lo que debemos aprender a lidiar con ellas de la mejor manera posible. Aunque existen miles de ejemplos que pueden ilustrar estos escenarios, en esta ocasión hablaremos puntualmente de los conflictos.
En general, el conflicto no es más que la confrontación de dos o más puntos de vista, y en donde a la vez se manifiestan un conjunto de necesidades opuestas. Crean problemas, roces y tensión, por lo que hace necesario tomar recursos para solucionar y seguir adelante. Suena sencillo pero en realidad requiere un poco más de esfuerzo de lo que se piensa.
Por suerte, Mónica Martín Burgos, estudiosa del lenguaje simbólico y gestora de procesos de desarrollo personal y en relación entre los equipos, nos plantea un conjunto de herramientas que nos serán de utilidad para aprovechar los conflictos al máximo. ¿Cómo? A través de las pautas establecidas en la obra, Dinámicas proyectivas para resolver conflictos (El caso de las monedas robadas).
Martín Burgos nos cuenta una serie de premisas que nos permiten entender las llamadas técnicas proyectivas. Las cuales, además, tratan de crear conexión un punto a otro, valiéndose de nuestro bagaje cultural y lingüístico, así como otros recursos personales, para comprender mejor los problemas y dar con la solución más adecuada.
La comprensión es la clave
Como ya hemos mencionado anteriormente, la aparición de un conflicto es el escenario perfecto para la confrontación y la crisis. En nuestra ansiedad de querer salir bien librados, de seguro nos toparemos con varios obstáculos.
Para la autora, un paso importante es tener una actitud comprensiva ante la situación, sin generar dramas y más bien enfocándose en hacerlo ligero y sencillo. De esta manera, al aplicar las técnicas proyectivas, seremos capaces de tomar distancia, disociarnos del problema y verlo desde otra óptica.
Aunque se plantean varias herramientas, existe una que servirá de abreboca del contenido que encontraremos en este libro. Se trata de la Personificación del Problema. En grosso modo, consiste en que el participante trate de describir el problema agregándole características sensoriales: olor, sabor, forma e incluso textura si quisieera. En este ejercicio, no se pide explicar cuál es el problema, sino que este sea descrito de la mejor manera posible y concentrándose en los sentimientos que genera.
Eventualmente, será necesario imaginar qué sería lo mejor para remediar esa situación. Por ejemplo, si nuestro problema es una especie de bola de fuego roja e intensa, que quema cualquier cosa que se le acerque, la solución podría ser agua fría a punto de congelación.
Todo esto nos indica que al conectar nuestra mente con otros puntos como la creatividad, nos sentiremos relajados y capaces de tener una perspectiva diferente de lo que nos estamos enfrentando. Y, aunque se trate de una gran apuesta porque demanda que cada persona haga un lado sus incomodidades, es un esfuerzo que valdrá la pena.
Las técnicas proyectivas son una alternativa que nos brindarán un mejor ambiente en nuestras oficinas y hasta el hogar, porque invita a que cada quien ponga su granito de arena en pro del logro de metas y objetivos. Por si fuera poco, también seremos capaces de ganar una actitud positiva tan necesaria en este tipo de escenarios
¿Quieres conocer más sobre cómo resolver conflictos? Entonces no puedes perderte el libro “Dinámicas proyectivas para resolver conflictos. Principios y aplicaciones” de Mónica Martin Burgos.