El fracaso es la semilla que te lleva al éxito; riégala, cuídala, no la abandones por fuerte que parezca la sequía, algún día florecerá como tus deseos. No renuncies a la gloria, al sabor de la victoria, pero recuerda que el mayor logro y la mayor felicidad consisten en respirar cada día, en sentir la brisa que acaricia tu rostro.