Si fallan las palabras, la mirada puede ser un buen sustituto y, en el peor de los casos, un complemento. Tan sólo hay que comprender que se puede gestionar como una emoción más. Las emociones son parte de nuestra vida y, controlarlas, un proceso largo y duro que, una vez concluido, nos aportará muchas satisfacciones. El concepto “mirada”, hoy en día se ha convertido en una parte de la expresión no verbal, y como tal, dominarlo implica ejercicio, autoconocimiento y un gran esfuerzo por nuestra parte.