La principal causa por la que no puedes dejar de sufrir es porque no sabes cómo gestionar tu dolor interno. Por un lado, nadie te ha enseñado, y por otro, le tienes mucho miedo. ¿Por qué razón crees que te causa tanta intranquilidad? Existen dos motivos. El primero es que lo percibes de forma desproporcionada. El segundo es que al liberarlo entras en un espacio de incertidumbre y eso te asusta.