Una de las mayores aspiraciones que existe, es el de formar parte de una organización que valore y respete a quienes forman parte de ella, a la vez que los impulse a ser mejores profesionales y personas. Todo, en un ambiente que de rienda suelta a la creatividad y la productividad.

Es, sin duda, un escenario ideal pero que no se cumple como debería. De hecho, existen estadísticas que parecen indicar que la gente, en términos generales, no se siente bien en sus puestos de trabajo, por lo que además se ven obligadas a lidiar con el estrés y la presión.

¿A qué se debe ello? Una de las principales razones tiene que ver con el encontrarse en una empresa donde prevalece la presencia de un liderazgo autoritario, ineficaz y limitativo, lo que incide directamente en el desempeño de los trabajadores.

El mundo del liderazgo dentro de la cualquier tipo de empresa, es escudriñado por Estanislao Torres del Santo, licenciado en Administración y Liderazgo argentino, con estudios en Inteligencia Emocional, quien busca concienciar la importancia de crear buenos ambientes laborales con dirigentes competentes en su libro, La empresa populista.

Al tener conocimiento de las características de estas compañías, así como de los líderes populistas, se contarán con las herramientas adecuadas para superar los obstáculos y obtener los resultados que se desean.

El líder populista y su influencia en la empresa

Ahora bien, hay que tener claro que una empresa está constituida por las personas. Cada miembro es esencial para su funcionamiento, independientemente si cumple un pequeño rol. En pocas palabras, todos son importantes.

Lamentablemente, este concepto parece que no está demasiado claro en cuanto a los líderes y empresas populistas. Para ambas figuras, no hay cabida para los cambios, recomendaciones, sugerencias u otro conocimiento que pueda enriquecer a su estructura. El fin último es la permanencia sin importar los daños que se causen.

Entonces, ¿cómo se puede identificar un líder de este tipo? Torres del Santo nos da algunas pistas al respecto:

  • Posee exceso de confianza.
  • No es capaz de diseñar un plan que se ajuste a las necesidades o requerimientos de la empresa.
  • No entiende que los modelos de negocios actuales cambiaron y que, de hecho, están en constante transformación.
  • Su único interés es permanecer en su puesto, sin sacrificar los “logros” que pudo haber obtenido alguna vez.
  • Es incapaz de mostrar vulnerabilidad.
  • No reconoce los logros de sus empleados, más bien hace lo posible por minimizarlos.
  • Para este, sólo existen los resultados. De lo contrario, considerará los procesos como un fracaso.
  • A pesar de las fallas que puedan encontrarse en la aplicación de una metodología, este líder será incapaz de reconocer su responsabilidad al respecto.

Por supuesto, existen muchas más variantes y rasgos que se encuentran en la obra. Lo importante es que hay que tomar en cuenta que, a pesar de todo lo mencionado anteriormente, es posible trabajar con lo que se tiene y establecer un puente entre estos líderes, los valores de la empresa y sus trabajadores. Es una forma de decirnos que el capital humano es un recurso vital y necesario.

El modelo populista puede ser potencialmente dañino para una compañía y sus trabajadores. Así se explica en el libro, La empresa populista, un material ideal para concienciar sobre la importancia de cambiar este tipo de estructura en los ambientes de negocios.